Quito, 24 julio (La Calle).- El Gobierno Nacional anunció este miércoles 24 de julio que ha destinado 403 millones de dólares al sector salud en lo que va del año, mediante una coordinación entre los ministerios de Economía y Finanzas y de Salud Pública.
La transferencia, que se suma a un pago anterior realizado en enero, busca cubrir deudas acumuladas con proveedores, clínicas y prestadores de servicios. Sin embargo, a pesar del monto millonario, los problemas en el sistema de salud pública persisten, y las críticas no se han hecho esperar.
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No se trata solo de pagar, sino de transformar el sistema
Diversos colectivos del sector salud han salido a las calles en los últimos meses para exigir no solo pagos y abastecimiento, sino también cambios estructurales. Desde sindicatos hasta asociaciones médicas y de pacientes, la crítica es clara: no basta con enviar recursos si no se transforman las condiciones en las que opera el sistema de salud pública en Ecuador.
Parte del malestar apunta también a las fallas dentro de las leyes recientemente aprobadas por la Asamblea Nacional, que supuestamente buscaban reorganizar y modernizar la gestión del sector. En la práctica, aseguran los trabajadores, esas reformas no han solucionado los problemas de fondo y en muchos casos han generado nuevos obstáculos burocráticos sin impacto real en la atención.
¿Y los niños de Taisha?
A esta situación se suma un caso que ha estremecido al país: la muerte de varios niños en Taisha, provincia de Morona Santiago, por causas que pudieron haberse evitado con atención médica oportuna. Las comunidades amazónicas, históricamente olvidadas por el Estado, vuelven a enfrentar las consecuencias más graves del abandono institucional.
La pregunta es inevitable: ¿quién responde por esas vidas perdidas? Mientras en Quito se anuncian pagos millonarios, en el interior del país muchas familias aún caminan horas para llegar a un centro médico sin insumos o se ven obligadas a improvisar soluciones frente a la ausencia del Estado.
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Una crisis que no se resuelve con comunicados
A pesar de los más de 400 millones invertidos, el sistema de salud sigue lejos de garantizar atención digna, equitativa y oportuna. Las cifras pueden llenar comunicados de prensa, pero no salvan vidas si no van acompañadas de reformas estructurales, voluntad política y una gestión pública que priorice a las personas sobre los informes contables.
Los trabajadores de salud, los pacientes y sus familias no piden milagros: piden un sistema que funcione. Porque, como ha quedado claro este año, no se trata solo de pagar. Se trata de reparar un sistema que por demasiado tiempo ha estado roto.
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