Quito, 24 julio (La Calle).- La nueva «optimización» del Estado tiene un claro rostro: el del recorte y los despidos. El Gobierno de Daniel Noboa ha comenzado la fusión de 15 ministerios y secretarías en nombre de la «eficiencia». Pero detrás del discurso de modernización, asoma una realidad más cruda: despidos masivos, desmantelamiento institucional y riesgo para miles de familias que viven del sector público y riesgo para el pueblo que se beneficia de esos servicios que dispone la Constitución y los acuerdos internacionales.
Según estimaciones preliminares, más de 10.000 funcionarios podrían ser despedidos en las próximas semanas. Las áreas afectadas no serán técnicas ni estratégicas. Serán —otra vez— las de soporte: Administración, Talento Humano, Comunicación Social, Financiero, Compras Públicas y Tecnología.
Aún no hay cifras oficiales, pero en cada institución ya se están levantando listas con nombres de quienes se quedarán y de quienes serán notificados de su desvinculación.
¿Quién se salva?
Solo se mantendrá el personal que, en palabras del Gobierno, “agrega valor”. En la práctica, esto significa técnicos especializados y operativos. Por ejemplo:
- En la Senescyt, que será absorbida por el Ministerio de Educación, no serían despedidos docentes universitarios.
- En el Ministerio del Ambiente, que se fusionará con Energía, se conservaría al personal técnico.
Todo lo demás está en revisión. El mensaje es claro: el peso del ajuste no lo pagarán los asesores de los grandes despachos que ganan de 3.000 para arriba, sino quienes hacen que el Estado funcione en silencio, esos engranajes que hacen que la maquina funcione correctamente por un sueldo que a lo sumo superaría los 1.000 dólares.
Sin embargo, nada está dicho. Como ya fue mencionado días anteriores, pese a que el gobierno fue enfático en decir que no despediría a médicos y docentes, personal sanitario fue desvinculado de la Maternidad Isidro Ayora.
Las fusiones confirmadas
Estas son las instituciones que dejarán de existir como tales y se integrarán a otras:
- Ministerio de Cultura y Ministerio del Deporte → se integran al Ministerio de Educación.
- Ministerio del Ambiente → se fusiona con Energía.
- Ministerio de la Mujer → se disuelve y sus competencias pasan al Ministerio de Gobierno.
- Secretarías como Senescyt, Ecuador Sin Desnutrición, Planificación y Gestión Inmobiliaria → también serán absorbidas.
Más de 200.000 funcionarios trabajan en estas instituciones. Aunque no todos serán despedidos, los recortes ya están en marcha. El exvicepresidente Alberto Dahik anunció con entusiasmo que serían aproximadamente 50.000 nuevos desempleados en Ecuador. ¿El sector privado estará preparado para ofrecer un empleo a todos estos seres humanos que buscan llevar el pan a su casa?
¿Y la eficiencia?
Con cada recorte, se pierde también conocimiento, continuidad y capacidad de respuesta. Desde afuera, parecerá que todo sigue igual. Pero dentro, hay instituciones que se están vaciando de lo que las hacía funcionar.
El Gobierno dice que esto se trata de “modernizar el Estado”. Pero modernizar no debería ser sinónimo de precarizar. Ni de despedir sin evaluación. Ni de debilitar los servicios públicos.
En nombre del ahorro, se está despidiendo a quienes sostienen la salud, la educación, la planificación, la protección social.
Y como siempre, los que sobran nunca son los de arriba.