Quito, 30 jul 2025 (La Calle).- La guerra en Gaza no cesa. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró esta semana que su ejército no detendrá la ofensiva hasta “eliminar a Hamás y recuperar a los rehenes”. Mientras su Gobierno celebra la capacidad militar, el Ministerio de Sanidad de Gaza contabiliza casi 60 000 palestinos muertos y decenas de miles de heridos desde que inició la invasión tras los ataques del 7 de octubre de 2023. La cifra de víctimas no sólo incluye combatientes; la mayoría son mujeres, niños y ancianos que ni siquiera tienen dónde huir.
Demoliciones de barrios y crímenes de guerra
La destrucción deliberada de barrios enteros se ha convertido en política de Estado. Un informe de la BBC, citado por El Comercio, reveló que Israel ha demolido con explosivos miles de edificios civiles, incluidas torres de departamentos, escuelas, hospitales y mezquitas. Imágenes satelitales muestran zonas como Tel al‑Sultan reducidas a escombros. El Ejército justifica estas demoliciones alegando que Hamás oculta arsenales en viviendas, pero juristas consultados advierten que destruir bienes civiles en masa constituye un crimen de guerra según la Cuarta Convención de Ginebra. Observadores independientes van más allá: sostienen que la estrategia persigue abrir corredores de seguridad y forzar la migración palestina.
Periodistas y hospitales en la mira
La maquinaria bélica no distingue entre cámaras y fusiles. El 5 de junio de 2025, un bombardeo israelí contra el hospital Bautista de Ciudad de Gaza mató a cuatro periodistas gazatíes e hirió gravemente a un quinto. Según fuentes locales, los comunicadores se encontraban en el patio del hospital documentando los ataques cuando los cazas lanzaron las bombas. Reporteros Sin Fronteras considera que la Franja es el lugar más letal del mundo para ejercer el periodismo en 2025 y contabiliza más de 220 trabajadores de la prensa asesinados desde que comenzó la invasión. Además, los hospitales y clínicas, saturados y sin recursos, son bombardeados de forma sistemática. Matar al mensajero y destruir centros de salud desnuda la naturaleza de una guerra que busca silenciar y aterrorizar.
ONG israelíes reconocen genocidio
Ni siquiera dentro de Israel se sostiene el relato oficial. Las organizaciones israelíes de derechos humanos B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos-Israel acusaron formalmente a su propio gobierno de cometer genocidio en Gaza, la primera vez que ONG locales usan ese término. Mientras tanto, la comunidad internacional presiona por un alto al fuego y el Papa, líderes latinoamericanos y movimientos sociales exigen que cese el derramamiento de sangre y se proteja a la población civil. La reducción de Gaza a ruinas, la matanza indiscriminada y el desplazamiento forzado no son “daños colaterales”, sino la materialización de un proyecto colonial que recuerda los peores capítulos del siglo XX.
El progreso no puede construirse sobre cadáveres. Lo que ocurre en Gaza es un crimen de proporciones históricas que no puede quedar impune. La solidaridad con el pueblo palestino exige denunciar el genocidio, exigir justicia y apoyar a quienes, incluso dentro de Israel, se atreven a alzar la voz.